La fragancia propuesta por Tukaos te lleva a la Marbella de los años 80 a través de sus notas dulces cargadas de lujo y masculinidad
‘VICIO‘
Tú flor se me incendia entre los dedos
Como un rastro mojado a beso
Arde en mí esta noche eterna
Para hacer del instante mi delirio.
Se diluye la esencia sobre tu cuerpo
Cuando rozo tu labio con el mío.
Y en el silencio desnudo de tu pecho
me entrego a ti,
Y hago de todo este impune caos,
mi vicio.
Ainara García.
TUKAOS nació de una premisa: expresar el lujo y la exclusividad en cada uno de sus lanzamientos. Esta esencia ha sabido mantenerla a través de su particular sistema de producción y venta. Confeccionar prendas, exclusivamente, bajo demanda y dentro de España es junto al uso de la seda, su seña de identidad pero ahora sorprenden al sumergirse en un nuevo sector: el evocador mundo del perfume. Inspirado en la Jet Set marbellí, nace VICIO. Una fragancia producida en España que recoge todo el lujo y derroche propio de la noche de Marbella en los años 80, un ritmo de vida por el que es conocido la ciudad a nivel internacional.
Al crear VICIO, se ha querido explorar el contraste y un juego de atracción entre notas dulces como el cacao y la vainilla, vicios con un matiz inocente, y la flor del tabaco que desprende su mayor fragancia desde las primeras horas de la madrugada hasta el amanecer. Representando la esencia de las fiestas embotellando el placer del desenfreno nocturno, más adulto y al alcance de solo unos pocos.
Para dar resonancia a esta excepcional composición, TUKAOS ha acentuado la esencia con la exótica semilla Haba Tonka, proveniente de América del Sur y utilizada en las perfumerías más selectas del mundo. Por último, la fragancia ha sido energizada con notas especiadas, frutos secos y toques amaderados que actúan de cierre en esta composición que hace viajar con solo olerla a villas de lujo y abundancia.
El broche final lo ponen, conjuntamente el frasco en el que se presenta y el color ámbar dorado del líquido. Un frasco cuadrado, de líneas minimalistas, en vidrio transparente y coronado por un tapón plateado cilíndrico, recuerda a las botellas de whisky presentes en esas fiestas casi clandestinas celebradas por la élite de la sociedad, ADN de la citada marca Tukaos.
Y como colofón, un detalle ineludible ya mencionado: su particular color. Un ámbar dorado que hace soñar, como si lo que encontramos dentro fuese oro líquido que, al pulverizar sobre nosotros, nos transforme en objeto de deseo despertando VICIO y pasión a cada paso.